Conozco a muchos diseñadores gráficos que carecen de conocimiento en pre-impresión y lo peor es que les da igual. Esto es un error muy grave que las agencias de diseño e imprentas terminan pagando caro. En mi opinión un pre-impresor puede vivir sin ser diseñador pero a la inversa NO.

Es posible que seas un gran diseñador, muy creativo, original, pero si careces de unas bases solidas en pre-impresión o lo que es peor, ni te planteas ampliar tus conocimientos, los dolores de cabeza serán más que frecuentes en tu trabajo, por no decir que tus errores o los pagas tú, el cliente o la agencia para la que trabajas, desde luego la imprenta no se hará responsable de tus errores por mucho que trates de hacerles creer que ellos tienen la culpa. Incluso me atrevería a decir que el trabajo o cliente te durara más bien poco.

  • Un diseño sin un arte final cuidado no deja de ser un dibujo que luce bien en pantalla.

Antes de plantearte siquiera el trabajar por cuenta ajena y aún más por cuenta propia, debes valorar el ampliar tu formación en arte final o pre-impresión, no solo para crecer profesionalmente sino para ahorrar mucho dinero.

 

niña-con-pintara-manosAntes de lanzarme al mundo Freelance he desarrollado mi carrera como diseñadora gráfica en casi todos los sectores de las artes gráficas, Offset, Flexografía, Serigrafía, Digital, Editorial… no solo me he limitado a sentarme en un ordenador y diseñar como si no hubiese un mañana. Me he preocupado de saber qué pasa con ese diseño fantástico que he realizado, cuál es su proceso completo y para ello he tenido que ensuciarme las manos.

En mi carrera profesional, he filmado, he pasado planchas, hasta he hecho las veces de maquinista,  ¿Por qué?, muy simple. Conociendo de primera mano todo el proceso de impresión y sus posibles errores, fallos y tolerancias, en el caso de trabajar como freelance y ocurrir algo en producción con tu trabajo, sabrás identificar el problema rápidamente.

Hay que tener muy en cuenta que no todos los trabajos de pre-impresión son iguales, cada uno tiene su historia. No es lo mismo enviar a imprimir un cartel o 100 tarjetas de visita a una maquina digital, que da igual si las imágenes están en CMYK o en RGB, que enviar a filmar una etiqueta adhesiva, la flexografía es muy delicada y hay que tener en cuenta muchas variables.

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Aún recuerdo mis tiempos de pre-impresora en flexografía y aquellas endemoniadas etiquetas de una conocida muy conocida marca de chucherías española, (no digo el nombre para respetar su privacidad), que me traían por el camino de la amargura. Los diseñadores que trabajaban en la agencia que nos hacían llegan los diseños, diseñar, diseñaban fantásticamente, yo eso no lo pongo en duda, pero conocimientos de pre-impresión no tenían ni UNO solo. Utilizaban trazos y textos muy finos por lo que pasabas un buen rato realizando engordes al diseño para que luego al filmar y pasar la plancha los trazos fuese visibles y los textos legibles.

Un error muy común entre los diseñadores es creer que lo que ven en pantalla es lo que va a salir. Para Web todo vale queridos amigos diseñadores, pero para según que soportes de impresión, la pre-impresión es fundamental, si no la saben hacer ustedes entonces que no les extrañe que la imprenta les cobre un suplemento, en mi experiencia, bien cobrado está.

También tengo que decir que no todas las imprentas son legales, sinceras y reconocen sus errores, muchas intentaran culparte a ti, diseñador ingenuo, del error e intentaran que pagues tú el pato de repetir el trabajo.

salpicaduras-pintura-tintaVoy a poner un ejemplo, un caso que me ocurrió a mí este invierno. Mande a producción unos flyers DL, en principio una tarea bastante sencilla de acometer por un impresor. Una vez que llego el pedido a mi cliente, este me informo de los flyers no estaban bien, el cliente me comento que era como si se descascarillaran o algo así y que algunos venían pegados unos con otros. Obviamente los clientes no entienden de impresión y ellos te explican el problema como buenamente pueden, yo amablemente le pedí que me hiciera llegar unas fotos del problema ya que por norma general mis clientes se encuentran a cientos de kilómetros de mí y nunca llego a ver el trabajo final impreso en mis manos. Una vez recibí las fotografías, aunque en realidad ya sabía lo que había pasado con la explicación de mi cliente, confirme mis sospechas, el impresor la había cagado.

Esa semana había llovido mucho y la humedad en el ambiente era alta, el maquinista no tuvo la suficiente precaución de dejar secar la tinta por lo que ésta no se adhirió bien al papel y comenzó a descascarillarse y emborronarse. El impresor, con el cual actualmente ya no trabajo, me puso todas las excusas del mundo, incluso quiso hacerme entender que la responsabilidad no era suya y que por tanto no debía repetir el trabajo sin coste, a lo que yo le respondí que no estaba tratando con una diseñadora cualquiera que había trabajado en su puesto y que sabía perfectamente donde estaba el error y que de no subsanarlo sin coste alguno no solo no iba a volver a trabajar con él sino que su reputación on-line caería en picado. Después de mucho discutir finalmente repitió el trabajo correctamente aunque lo de trabajar con el nuevamente no es una opción, un profesional que no reconoce sus errores e intenta por todos los medios culpabilizar a otros de ellos, no merece mi confianza y supongo que la de nadie.

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Esto es un pequeño ejemplo de todo lo que he vivido, porque os aseguro que me ha pasado de todo y que excusas de impresores, he escuchado de todos los colores y por supuesto al revés también, cuando trabajaba de pre-impresora me han mandado diseños que solo valían para web y en ocasiones ni eso, el fallo más común en los diseñadores es la sangre y los márgenes de seguridad, ni dios los respeta.

Conclusión:

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Si eres diseñador gráfico y no has pisado una imprenta en tu vida, vas a tener muchos problemas si quieres llegar a trabajar como Freelance, anímate en el mundo de la pre-impresión porque es más divertido y entretenido de lo que la mayoría de los diseñadores creen. El saber no ocupa lugar y yo no reconozco a un gran diseñador gráfico si en sus comienzos o en algún momento de su carrera, no se ensucio las manos de tinta, grasa y químicos.